Cuando comencé mi camino como profesora de Yoga, hace más de una década, me imaginaba algo muy diferente a lo que he aprendido con el tiempo.
Recuerdo el momento en que tomé la decisión de convertirme en profesora. Era 2010, y mi visión del Yoga era muy superficial, casi "escénica". Pensaba en una práctica llena de secuencias bellas, en el disfrute de mis propias posturas y en la maravilla de recibir un pago por algo que amaba hacer. Imaginaba crear clases llenas de flow, con posturas originales y temas creativos. Me veía rodeada de colegas y estudiantes, compartiendo jugos verdes después de las clases. Parecía todo muy idealista, y, en muchos sentidos, lo era.
Sin embargo, el camino que me ha tocado recorrer como profesora de Yoga ha sido mucho más profundo y transformador de lo que inicialmente imaginé. Lo que descubrí me llevó más allá de lo físico, más allá de las secuencias y las posturas, y me confrontó con un Yoga mucho más vasto y esencial. Esta es mi invitación para ti: profundizar sobre lo que realmente significa ser un profesor de Yoga y cómo podemos, a través de nuestra enseñanza, ayudar a los demás a conectar con su ser más auténtico.
Yoga: No Solo Posturas, Sino una Búsqueda de Libertad
Antes de profundizar en lo que significa ser un profesor de Yoga, es esencial entender que Yoga no es sinónimo de posturas. Yoga es un sistema integral que trasciende lo físico, que abarca la mente, el corazón, el alma y la conexión con lo infinito. La postura es solo una parte del todo, una parte pequeña si lo comparamos con la magnitud del propósito de esta práctica.
En su esencia más pura, Yoga es la búsqueda de la libertad: libertad del sufrimiento, de los patrones mentales limitantes, del karma que arrastramos, de las emociones reprimidas. Es una búsqueda de trascendencia, de expansión de la consciencia y de unión con la totalidad, con la Fuente. Cuando entendemos que Yoga es una práctica multidimensional y que no solo se limita a lo físico, entonces comenzamos a comprender lo que realmente implica ser un profesor de Yoga. Y, como docentes, este entendimiento se convierte en la base para poder guiar a nuestros estudiantes en su propio viaje de transformación.
Lo Que Significa Ser Profesor de Yoga: Más Allá de las Secuencias Bonitas
Lo que descubrí, con el paso del tiempo, es que ser profesora de Yoga no se trata de crear secuencias que sean visualmente impresionantes o que desafíen a los estudiantes físicamente. Aunque las secuencias y las posturas son una herramienta poderosa, el verdadero trabajo de un profesor es mucho más profundo.
Cuando nos enfocamos solo en diseñar clases que sean "bonitas" o en crear secuencias perfectas, nos quedamos en la superficie. El Yoga, como lo he aprendido en mi propia experiencia, no es un simple ejercicio físico. Es una medicina para el cuerpo, la mente y el espíritu, la cual es una definición más allá del idealismo cliché que puede producir. Es un espacio donde cada estudiante puede entrar en contacto con su propio poder sanador, donde puede liberar lo que ya no le sirve y transformar lo que está bloqueado en su interior.
Como profesores, debemos diseñar clases que inviten a los estudiantes a mirar más allá de los resultados y las expectativas. Las posturas no son el objetivo final, sino una puerta para conectar con el momento presente, para observar cómo se siente el cuerpo, para estar conscientes de la respiración y para permitir que la mente se calme. El verdadero gozo en la práctica de Yoga no viene de alcanzar una postura perfecta o de impresionar a los demás. El gozo verdadero se encuentra en la aceptación de lo que es, en la conexión profunda con uno mismo y en el despertar de una consciencia más plena.
Yoga: Un Camino de Vulnerabilidad y Autoconocimiento
Lo que no me había imaginado al comenzar este camino es que ser profesora de Yoga también implica aprender a ser vulnerable. Durante mucho tiempo, creí que un profesor de Yoga tenía que estar siempre feliz, equilibrado, y tener todo bajo control. Creía que debía estar sonriendo todo el tiempo, incluso cuando las cosas no estuvieran bien. Sin embargo, el Yoga me enseñó que, para guiar a otros, primero debo permitir que mi propia vulnerabilidad se haga visible.
Este camino no es cómodo, y tampoco es lineal. Es un viaje hacia el autoconocimiento, y este proceso no siempre es fácil. A medida que profundizamos en nuestra práctica y enseñanza, comenzamos a enfrentarnos a aspectos de nosotros mismos que habíamos reprimido: emociones, miedos, inseguridades. Y es ahí, en ese proceso de confrontación y aceptación, donde reside el verdadero poder del Yoga.
Ser profesor de Yoga no es solo enseñar técnicas; es crear el espacio para que los estudiantes también puedan ser vulnerables, para que se abran a la observación de sus propios procesos internos. Es un trabajo de acompañamiento, de presencia y de sostener el espacio para que cada uno, a su propio ritmo, se descubra, se sane y se transforme.
El Yoga Va Más Allá de Enseñar Posturas: El Verdadero Rol del Profesor
Muchos piensan que el rol de un profesor de Yoga es solo enseñar posturas y guiar secuencias. Sin embargo, lo que he aprendido es que nuestro trabajo como guías va mucho más allá de las técnicas. La verdadera misión de un profesor de Yoga es crear un espacio seguro y sagrado donde el estudiante pueda conectar consigo mismo, con su cuerpo y su mente, de una manera honesta.
El Yoga no se trata de perfección física o de alcanzar un objetivo. Se trata de estar presente, de observar lo que está sucediendo en el momento, de permitir que cada estudiante experimente lo que necesita experimentar, sin juicios ni expectativas. Como profesores, debemos estar allí para guiar, para sostener el espacio de manera consciente, para que el estudiante pueda aprender a vivir desde un lugar de mayor consciencia y autenticidad.
A través de la observación, podemos ayudar a nuestros estudiantes a habitar su cuerpo de una manera más saludable, a comprender sus emociones de una forma más clara y honesta, y a trascender los bloqueos y patrones limitantes que han acumulado a lo largo de los años. Este es el profundo poder del Yoga: transformar lo que está oculto y traerlo a la luz para poder sanarlo e integrarlo.
¿Cómo Puedes Profundizar en Tu Enseñanza?
Si eres profesor de Yoga o deseas serlo, te invito a que reflexiones sobre el verdadero propósito de esta práctica. No se trata solo de enseñar posturas o de ser la "estrella" de la clase. Se trata de ofrecer un espacio para la transformación, de guiar a tus estudiantes a través de un viaje hacia el autoconocimiento y la libertad.
En Sacred Self, creemos que ser un buen profesor de Yoga implica mucho más que solo conocer las técnicas. Por eso hemos diseñado programas que van más allá de la enseñanza tradicional, enfocándonos en crear espacios de observación, autoconocimiento y transformación. Si estás listo para llevar tu enseñanza a un nivel más profundo, te invito a unirte a EKAM, nuestro programa de formación de 250 horas. Aquí, aprenderás a enseñar desde un lugar de consciencia, acompañando a tus estudiantes en su viaje de transformación y expansión. Conoce todo sobre EKAM aquí: https://www.sacredselfschoolofyoga.com/ekam-landing-page
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